Desde tiempos inmemoriales, los caserios vascos se han construidos alejados unas de otras, aprovechando terrenos propios para la labranza y accidentes geograficos que permitían la protección de los vientos o disfrutar de una amplia panorámica. Piedra, madera, argamasa, ladrillo, cemento, cal, teja arábiga y pizarra han sido los materiales dominantes de los mismos. Akebaso es una muestra magnífica de caserío vasco. Su imponente aspecto exterior y la perfecta conservación de su estructura nos remite a añoranzas del pasado.